23.7.13

el estado del arte

tal vez pensé demasiado en mí
jactándome de que estaba pensando en los otros

a veces camino por la casa, deambulo
cual fantasma que no tiene verdad
que no tiene descanso
y es curioso, porque
esta casa se parece, lo máximo que puede
a la que quería tener
entonces es un lugar hasta cómodo
para que vengan los otros
aunque tal vez, pensé demasiado en mí

cada vez que miro, desde distintos ángulos
inclusive desde la ventana de mi habitación
el sillón del living
pienso en todas las personas que le dejaron una mancha
que no pudo borrarse
ni con el tiempo ni el lavarropas

me relamo algunas veces
porque seguramente me habría gustado que se queden
pero con lo que sea que hice, los eché
los obligué a verse vueltos mancha
como las que a veces me hago sin querer
cuando trato de vestirme para la guerra

y pienso en el vecino, también
en su ventaja y sus cortinas de voyeur
él también tiene que haberse divertido
una que otra vez entre semana

de estos últimos días hay cosas que simplemente no logré escribir
porque no les encontré palabras
aunque las imágenes se mostraban nítidas, hasta enfocadas

mi cuerpo yaciendo de costado en el sillón
más muerto que nunca
como ganado a medio carnear
que no pudo defenderse del aire comprimido
medio muerto, sin cuero
despellejado vivo
en algo que no comprendemos si alguna vez pudo llamarse vida
pero suponemos que a ellos les alcanzó

y estoy abierta, de un punto a otro
sostenida por una caja metálica y fría
que ya no soy yo, pero que eventualmente la volveré parte
calsificación, le dicen
pero yo hablo de otra cosa

y lo que puedo ver ahora mismo, en otra perspectiva
es a una bestia erguida, de dos metros
hablándome de que en realidad todos llevamos un monstruo dentro
metiéndose dentro de la sábana y sosteniéndome la cabeza para decirme
que es él el que está acá ahora, y no al que le teme

a la que abrazo sin miedo
de lo que sea que signifique su visita
sin miedo de lo que hace tiempo siento

pero en el fondo del pozo ciego
todavía le pregunto
si me cree capaz de provocarle algo
y se me ríe, porque piensa en imágenes
cuando yo pienso en palabras

como si todo el acto de ultrajar y dejar ultrajarse
fuese linguístico

cuando sabe que a veces me acuesto a dormir
y pienso en lo contrario.

8.7.13

a veces no entendés bien dónde carajo duele
pero sí, duele un montón
y en ese desdibujarse de una herida
que podría tomarse como una de guerra, pero en realidad
que es obra y arte de la carnicería
de una calificada, justificada
de una que con delicadeza te destruye hasta lo más profundo
pero sobretodo:
justificada

es porque se desdibuja que no se entiende
y reiteraré demasiado el no entender
por qué duele todavía
por qué estoy tan drogada, y aún así
pero la pregunta más fatalista de todas:
es cuántos días más va a doler
al menos tan trágicamente

por sobretodo comprendo:
que no es lo grave, justamente
el dolor de ahora, el de la náusea

porque definitivamente esto va a arrastrar
un dolor mucho más silencioso
un dolor que no cambia demasiado al de los últimos cuatro años
pero que es punzante, así como arde y pica, que

anida en mi cerebro
un monstruo muy parecido a mí
que voy a tener que soportar frente al espejo de acá en adelante
o peor: de adelante en adelante

porque cuando deje tanto de doler preliminarmente,
superficialmente
si es que alguna vez, me deja

aunque siento tener en lo bajo de la espalda una caja de dolor
metáfora del titanio
pero un cuadrado violeta lleno de sangre
rodeado de hilo
que no tiene nada que envidiarle a los cachos de carne exhibidos
colgados en las carnicerías

excepto porque esos animales están muertos
si es que yo, animal,
no morí un poco esta vez
si es que no vengo muriendo
manifiesto profundamente, terriblemente
el miedo de todo ese dolor
mucho más sutil pero incesante

cual gotero infernal
podría llegar a impregnar cientos de días delante del espejo
preguntándome si eso que está ahí, reflejado
es algo que reconozco


es un pedazo de matambre que compraste para la cena
si es masticable
si es descartable
si es mutilable

si es, y esto es lo peor:
algo que todavía vas a querer,

y que la paja que te claves
masturbándote conmigo
sea un cacho de plástico, de carroña podrida,
o si en algún espacio
superficial o profundo
algo que todavía va a darte placer,
en vez de ser un polvo frío e insípido.