20.1.12

(y poder dormir boca abajo es un regalo inmenso)
todo trazo final de un viaje
es maravilloso
las palabras se ordenan a sí mismas
a las cartas que te quedan
las jugás
sin tapujos
hacerle chistes al deseo
es como reírtele en la cara
darte cuenta que
las noches en las que no recordás tus sueños
son las más placenteras
las noches en las que hay algo para manotear
aunque se jacte de efímero
en la realidad y no en el silencio
anoche fui
todo lo que sé ser
y yo misma
sin importar el número de personas
con las que estaba interactuando
todo final de un viaje es maravilloso
todo lo que te rodea alcanza su máxima pureza
aunque te miren a los ojos y admitan
estar atravesando por el momento más triste
es el abandono
y yo de eso sé
porque todo lo que amo
me abrazó
en este trip trip trip
en el que indefectiblemente
supe abrazarme a mí misma
estar solo con los dioses
es cerrar la puerta de tu casa
con besos de despedida
es volver a dormirte
con un te quiero que vuelve
es saber que todo lo que queda
en esta recta final
es un recurso
un aprendizaje
vine a sanar a buenos aires
el último lugar del mundo
en el que se sana
y he sanado
el último vestigio
de esa lamentable porquería
que adoré hasta el cansancio
y sin él
está en el atlántico
en lo rápido que mi cuerpo aprendió a cicatrizar
una falla mecánica
ahora, la moción
el pulso
todo ese deseo acumulado
el ardor en el pecho
se caen al piso
son trozos de lo que supo ser ultrajable
pero es una tumba
a la que la eternidad no puede caberle
y la eternidad en este momento
es movimiento
es llevar en los huesos
la marca de la lamida de un tigre
julián al teléfono
una remera de morrison
todos mis amigos, hermosos
eso es lo eterno
una julieta acosta eterna
poeta
que prácticamente no le habla a desconocidos
una cámara de fotos descartable
que pronto dirá
esto es un momento
y el momento se va.