13.9.09

i would

te haría leer
palabras tan tontas
y sesos tan oxidados
y huesos tan difíciles de roer
pero a la vez
maniatados a la carne dócil
cubiertos con la piel tan violenta
con la que defino
eso que soy
(y más o menos)
mi cuerpo errante



me dedico a tu ternura
porque jugar conmigo es arrancarle la lengua a Anaximandro
y quemarla en la hoguera

mientras saco tu mano
que busca mis piernas
en el pasto perfecto
que jamás usaremos

puedo imaginarte
puedo delirarte
puedo saber que me enredé en tu pelo nada más que hace un rato

o ese pasado
(de hace dos años, preferentemente)

que entiendo en el futuro
que es más bien el presente
cuando el presente no existe, porque
ya está, se terminó
acaba de acabarse

devolverme la muerte, que tenías en los bolsillos
y por un beso


mi cuerpo
apenas a medio metro de distancia
que usé para alcanzar el cenicero
o destrozarte la casa
en el taxi que tomé para llegarte
y en vano

lo tarde o temprano que es
lo poco que duermo
y duermo poco porque no me alcanza el tiempo para hacer todo lo que quiero

siempre tenés una carta
para poner arriba de mis últimos naipes
que jamás se terminan
entre lenguas que no callan
paranoias recurrentes
o las cosas que te haría

me abrías la puerta
colgabas mi abrigo

haciéndole creer a la gente que tenemos algo


vos hablabas del pasto (perfecto)
yo te corría las manos
y quería matarte

y caminarte entre pasillos que no se hablan entre ellos
pero se desean


y volver
y escribirte

o tal vez
tomar un almohadón entre las manos
decirte alguna idiotez
mientras lo poso justo sobre tu boca
como en un gesto
un tanto irónico
un tanto trágico
y tus motores, que están a mil
ahí, al lado mío
y tenés que comerme la boca,
por primera vez tenés que ultrajarme.