28.7.09

y famas

cansada, un poco
de adulaciones y también
ocasos
de resultar increíble
interesante
lo suficientemente desinteresada como para no ser
asfixiante
y no tanto
inteligente
hasta envidiable
publicable
necesariamente histérica
y necesariamente idiota
hermosa
en tanto belleza era
subirse al banco de una plaza y saltar
gritar un poco
fumar con terrible delicadeza
y asesinar tan sólo con palabras
tosca, sumamente tosca
retorcida y desprolija
descuidada y el perfume
alcanza para convivir
para matarnos en el intento
y sin embargo, tantos probarían
extrañamente tierna
el pasado es indivisible
yo intenté desmenuzarlo
mis expectativas más sinceras
supieron cautivar
ya sin desearlo
y todo lo contrario
después vinieron los dibujos
después vinieron los poemas
después vinieron los enojos
me desenamoré y enamoré y todo al carajo
encanto y desencanto todo el tiempo
y yo no espero, nunca espero
son los demás
tengo un circo en la cabeza
y un circo es esta vida
papá ya me lo había dicho
él tiene el suyo propio
y acá estoy con el mío
las primeras filas sólo para la gente de verdad
por las otras pueden matarse
pueden, también, abandonarlas
total esto es aburrido
total un día conmigo es diez años con cualquiera
es bastante turbulento, el ritmo no es fácil
total no perdí la capacidad de hacer temblar
de enamorar, tal vez
no me siento una opción
quise ser por un rato
la única y también
piloto
el núcleo
la persona que alguien espera
que alguien entiende
por quien alguien se incinera
y reina, sí, en el mundo de otro
pero insuficiente
al fin
y al cabo.

A Federico Guillermo M.

Sos el que se queda cuando la fiesta terminó y yo ya estoy por el suelo. Cuando me duelen los pies y perdí los zapatos. Cuando estoy en la cama pensando en nada, que es todo, que es nada, y me tocan la puerta para avisarme que estás abajo. Sos el que me agarra la mano en alguna reunión familiar. El que me cocina, el que me cuida, el que siempre va a estar. Sos el que me abre la puerta cuando ya es tarde. Sos el espejo de mi alma, sos las sonrisas y los viajes. Una torre de libros en tu habitación que desordeno con dulzura. Una pila de cartas del 2007. El que abre los documentos importantes, el que tiene las llaves. Una de las cosas más importantes de mi vida. Y yo te adoro, Federico, te adoro.

después de las fiestas

Y cuando todo el mundo se iba
y nos quedábamos los dos
entre vasos vacíos y ceniceros sucios,
qué hermoso era saber que estabas
ahí como un remanso,
sola conmigo, al borde de la noche
y que durabas, eras más que el tiempo
eras la que no se iba
porque una misma almohada
y una misma tibieza
iba a llamarnos otra vez
a despertar al nuevo día,
juntos, riendo, despeinados.


JFC