17.2.08

3

Las cosas que hay que leer, las que hay que escuchar, el agujero que hay en tu boca justo a la altura del lunar, la mía ya rota y en vos, y en mí pasa un hilo, que yo no sé qué es. Tal vez los errores, porque te gusta citar los míos, y por los míos se va el techo de canto por la alcantarilla, somos tan altos que siempre estamos con la cabeza gacha, cual gravedad.


Abajo, yo miro para abajo y tu boca, abajo pero sube, pero sigue estando, pero me encuentra; las cosas que me hacés, que sabés cuanto me gustan.


(las que nunca me hiciste y sabés que van a gustarme)



(there's nothing you can say to make me change my mind, goodbye)

2

Hay un silencio, un cuerpo y un silencio, dos cuerpos y una gota. No es que me mientas, es que a mí me gusta hacérmelo. Nos vamos galopando, entrelazando, agujereando, pasando hilos de colores a través de los agujeros, y aprendemos de nudos, y mi mundo cabe en una madeja que va rodando, que nos va atando, que por momentos nos cosquillea las vísceras, y en otros nos asfixia, y así nos matamos neuronas, ganas de seguir enredados.

Vos te fumás los pulmones, yo las intenciones de estar juntos.

Mi amor, tu boca, yo me desmorono seguido, siempre soy la parte que se muere. Pegarse al techo, los agujeros, procurar ese silencio. Y la gota me resbala un muslo, y por temblar se me cae, por llorar me la pierdo, y va a parar justo a un mar al que me la paso dándole la espalda. Que un día no me tire para abajo, que un día no me ahogue destartalada y sin poder nadar.

Pero mientras tanto, entumecida y sin ver la hora de que el universo vuelva a suspenderse en uno de tus abrazos. Quiero creer en eso.

1

El verano, como siempre. O galopan ellas o nos galopamos entre nosotros, y todo es un mermasmo constante que no intento traducir, pero cualquier cosa, Julio y yo nos entendíamos, muy a pesar de lo que diga la gente.

Deberle todo el glíglico a la Maga, que no es la mía, pensar en lo mucho que falta, que él sea el séptimo mes, como nosotros, que nos besamos en julio, y julio nos vió nacer, renacer, caer ahí no más un día que el gato se comió al ratón.

Ahora febrero, el más largo e intenso de todos, pero a la vez monótono, asfixiante, como sacar cartas de una caja para ponerlas en otra que se mete en otra que viaja kilómetros para encontrarte, y saber que no la vas a ver, por un tiempo no la vas a ver. Febrero, el mes que ejecuto aquello que antes decidí, sólo que se nota ahora, la primera decisión que tomo en mi... vida, pero a veces no sé si es mía.

El corte... ah, el corte, a veces me hace llorar. Lloro todo el tiempo, sólo que no te das cuenta, a veces me gustaría llorar menos.

Si no es mía, es porque la vida completa es la mitad de cada uno, galopándose entre ellas, como un juego de índice y mayor transitando tu columna, adelantándose entre sí, peleándose, desarmándose y encastrándose en tu nuca, en tu pelo, en tu cama.

Y si las ideas se hilan así mismas, esta también, mentí si dije que perdería sentido, porque desde hace cuatro años espero por febrero, y febrero, mi amor, está acá.

(fragmentos de) 20

Es de esos días. No es que sea hoy, sino que hace mucho quiero decírselo a alguien, o al menos escribirlo.

... que el mundo es demasiado horrible como para contemplarse en la inmensidad (más terrible es esperar que lo contemplen a uno), no sólo verlo, sino también considerarlo. Es que veo que se genera un hostigamiento intencional, abocado a provocar una mea culpa, sin reconocer la propia.

Ergo: somos todos culpables, chiquilines, estúpidos, nos gusta hacernos cosas. Me siento la única vidente en una hoguera de ciegos (y siempre fui).

Todos tenemos nuestras drogas personales (las más comunes, las más hipócritas, las más caretas). Al amor lo extraño.




Una guerra puede ser una inmundicia, puede ser una guerra por la conquista de mercados. Pero si estoy en esa guerra, incluso contra mi voluntad, y pertenezco a un pelotón donde están mis camaradas, a uno de los cuales yo quiero y que me han defendido en momentos de peligro, estoy montando guardia y los abandono con el cuento de que esa guerra es una porquería, yo soy un canalla.*

(la vida es esta guerra)