12.12.07

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Chiquita, chiquita, mirá que siempre te dieron de comer enorme y ahora te aferrás a la cuchara, diminuta. Tan amorfa y estirada, y tu cuerpo acurrucado en el rincón más pequeño, en el pie izquierdo, destilando tus pócimas y penurias.

Chiquita, chiquita, ¿qué vas a desentrañar si resultaste minúscula?, nadar, nadar te toca en la inmensa mar del cuerpo ajeno, y naufragar el día entero, o al menos anhelar lo poco que podés sumergirte ahí.

Y así te vas consumiendo en una centrípeta letal, con la gravedad bajan esos que dicen ser sueños, tus ideales y fantasías, esas dos o tres cosas por día en que pensás, las que nadie sabe.

¿Y acaso no es felicidad el instante en que eso parecería arañar la realidad?